La foto fija como recurso narrativo sirve para contar la historia de Federico Y María. Ellos son fotógrafos. Pero su obra se diferencia y se define por el medio de registro. María, con su moderna cámara digital, toma fotografías bellas e inocentes. Mientras que Federico, con su vieja cámara reflex de rollo, retrata desde las sombras reacciones miserables ante perdidas materiales que él mismo provoca. Como por ejemplo, raya la puerta de un automóvil de lujo con el único fin de fotografiar la reacción de su dueño. La noche los cruza y María comienza a perseguir y fotografiar a Federico. Maria consigue tomar la cámara de Federico, destruirla y fotografiar digitalmente su reacción.